Cubierta retráctil. Videomarcador 360º. Césped retráctil. Grada abatible. Túnel logístico y muelle para drones. Todas estas maravillas de la ingeniería y la arquitectura, que forman parte de la última revolución del Santiago Bernabéu, resultan la culminación de un viaje que transformó al fútbol de juego violento a la mayor industria deportiva mundial. Al principio sólo eran necesarios cuatro palos y un terreno; ahora, el escenario se ha convertido en un activo capital para los clubes y de su rendimiento también viven sus balances. Conozcamos un poco más de la travesía.

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Podríamos comenzar en China, de donde se tienen pruebas que hace más de 2.300 años se practicaba un tipo de juego de pelota con el objetivo de mantener a las tropas en buena forma física. También es interesante recordar el juego de los mayas con oscuro desenlace para los ganadores, según la tradición. Pero, para comprender mejor el origen y el significado de los actuales estadios, lo más eficaz es detenernos en nuestra cuna, Grecia y Roma.

Los primeros consideraron la competición atlética como un orgullo y un logro para su comunidad, y a tal efecto construyeron estructuras para que los ciudadanos vieran a los atletas conseguir sus primeras gestas y proezas. Eran los Juegos Olímpicos. Por su parte, los romanos dieron una vuelta de tuerca al invento (como en todo). Si bien es cierto que el circo fue realmente la gran pasión deportiva de su civilización, con el anfiteatro crearon el primer vestigio semejante a los actuales campos de fútbol. Aunque lo que allí se celebraba nada tiene que ver a los que se disputa en un terreno de juego hoy en día, su forma (que cerraba lo configurado hasta entonces en los teatros), estructura y organización sentaron sólidas bases para lo que se haría muchos años después. Además, cabe destacar que los romanos también fueron pioneros en zonas VIP y los reservados, pues en el graderío de los anfiteatros había espacios delimitados para las autoridades (palco), así como estratificación dependiendo de la clase social. Lo que más tarde sería la tribuna, el gallinero… nada nuevo.

El salto en el avance de los estadios fue larguísimo. Hasta el auge de los nuevos deportes, como el cricket en Inglaterra, no se retomaría el interés en introducir novedades. La principal, ya en 1868, fue el concepto de durabilidad. Fue un retorno a los clásicos y construcciones como el England Lawn Tennis and Croquet Club se idearon para contener todas las infraestructuras y recursos suficientes para permanecer en el tiempo.

Por aquellos tiempos, el fútbol se practicaba en cualquier área más o menos apta para correr detrás de un balón, lo que en las islas británicas era sinónimo de barro, obviamente. Tras establecer unas medidas específicas, llegó la construcción de los primeros estadios. Al comienzo, sin iluminación y con humildes instalaciones, pero la mecha estaba prendida. El pionero fue el Bramall Lane (1855), que en la actualidad pertenece al Sheffield United. Después llegaron el escocés Racecourse Ground (1872), el griego Georgios Karaiskakis (1895), el Gran Parque Central de Uruguay (1900)…

FUTBOLEROS SIN FRONTERAS on Twitter: "⚽️ #LaRED 3.0 #UnDíaComoHoy hace 165 años (1855) se inauguró el estadio Bramall Lane casa del Sheffield United FC en Inglaterra . Es el escenario más viejo

En España, el estadio de El Molinón tiene el orgullo de ser el más longevo. Estaba listo en 1808, pero no fue hasta 1915 cuando se estrenó en partido oficial. El podio lo completan El Ruibal de Águilas (Murcia, 1913) y el Camps d’Esports de Lleida (1919).

Cómo hemos cambiado: así eran y así son los estadios de fútbol en España

Con los años, reunir a cada vez a más personas y disponer de un terreno en las mejores condiciones no fue suficiente, y los estadios se convirtieron en algo más. De los bares iniciales y tiendas oficiales, se pasó a albergar también las oficinas de los clubes y, finalmente, a ser parte esencial del desarrollo económico de los clubes. Ahora un estadio de fútbol no es sólo el lugar donde se concentran los hinchas, sino que también son joyas y símbolos de las ciudades, además de lugares para conciertos, exposiciones, eventos… el fútbol como parte indisociable de la cultura.