¿Ha tomado Iker Casillas la mejor decisión quedándose en el Real Madrid a pesar de la presión social?

 
El debate mediático y la presión por parte de los aficionados del Real Madrid alrededor del capitán blanco han abierto otras puertas de debate. Ayer Sergio Ramosconcedía una entrevista a Paco García Caridad de radio Marca donde el central aseguraba que él, si hubiera estado en la situación de Iker Casillas, hubiera tomado otra decisión. Pero ¿realmente una presión como a la que ha sido sometido, tanto para bien y para mal, Iker Casillas puede condicionar su futuro?
 

Las críticas públicas, los juicios en el campo y la presión son el pan de cada día en el fútbol, una realidad que todos asumen. Pero algo muy distinto es cuando de repente se vuelve en tu contra.  Y bien lo sabe Iker Casillas, que siempre a lo largo de su carrera ha gozado de la pleitesía de la afición no sólo de su equipo sino de la de todos los equipos del mundo, un jugador venerado por sus méritos futbolísticos y su imagen blanca, aplaudido por la prensa siempre, sin excepción. Una situación que ha dado la vuelta: ya no goza del favor de todos sino que está envuelto en una espiral de aplausos, pitos, críticas y veneraciones peligrosa. Una espiral a la que no estaba acostumbrado pero que no deja de ser normal y no deja de ser una situación que muchos jugadores, y máxime si se visten con la camiseta del Real Madrid, han tenido que sufrir en sus propias carnes.

 
Este panorama no deja de impresionar a los que se aguardan en el pasado inquebrantable de Iker Casillas para tacharlo de linchamiento o persecución, cuando nunca más lejos de la realidad. El fútbol evoluciona a diario y de manera constante y  opinar que el que antes era el mejor portero del mundo ha dejado de estar a su mejor nivel desde hace varios años, no es linchamiento sino  analizar la realidad, al igual que criticar determinados aspectos de un jugador no es persecución, ni tampoco pitarle en el campo, acto que se considera como soberano, no es acoso.
 
En cualquier caso  Iker Casillas ha tomado la decisión adecuada. Muchos hablan de que si se hubiera marchado lo hubiera hecho por la puerta grande sin dar oportunidad a sus críticos a hacer más leña del árbol caído, alejándose de comentarios que le puedan dañar, pero esta hubiera sido una mala decisión, una huída cobarde. Un jugador como Iker Casillas no se puede ir por la puerta de atrás, no puede alejarse de “problemas” que muchos jugadores sufren a lo largo de su carrera, debe que quedarse, como hizo, y demostrar que no está en su mejor momento pero puede estarlo, que puede volver a ser “El Santo” y sobre todo volver a ser capitán, función que abandono cuando todo esto empezó. Cobardía es irse cuando todo está en tu contra y en el caso de haberse ido hubiera sido un error imperdonable. Tomó la mejor decisión que es luchar por recuperar un puesto y un estatus que de haberlo hecho de otra forma hubiera perdido para siempre.

 

 
Vemos situaciones de jugadores que no conectan con la afición que para esta lo que hagan nunca será suficiente, que sufren un verdadero ensañamiento tanto a nivel de prensa como a nivel de afición (que  generalmente van unidos) y este no es el caso de Iker Casillas, que a pesar de pasar por una de las peores época en Madrid en popularidad y rendimiento sigue siendo un jugador muy querido. Como hemos dicho antes el fútbol es cambiante y las arma de Iker Casillas son trabajar, rendir y ejercer de capitán. Para él no se necesita nada más. Otra cosa se le podrá criticar, pero la valentía de quedarse ante una situación que parecía insostenible nunca se le podrá negar.