Aunque Brendan Rodgers apeló a la calma, la realidad es que el Liverpool está fuera de la Champions. Una competición en la que una vez fue el rey y a la que tanto añoraba y a la que llegó por los grandes méritos de la temporada del Make Us Dream Again. Pero la fuerza de la pasada campaña se ha desvanecido y el alma de este equipo se ha esfumado como si nada, con un periplo (hasta la fecha) lamentable en la Premier y una imagen muy por debajo de lo que se esperaba en la máxima competición europea.
El Liverpool vio la luz durante diez minutos, tampoco fueron más. Llamemos luz a unos octavos de final que bien podían haber actuado de bálsamo, aunque el bálsamo ha terminado siendo un paso a la Europa League que veremos como se desarrolla.

El gol de Frei dejó helado a Anfield, que con tanta fuerza había entonado al principio, como tantas otras veces, el You’ll Never Walk Alone. El Liverpool no fue equipo contra el Basilea. Ni contra el Basilea ni contra nadie en la fase de grupos de esta Champions. Empezando por su primer partido y pasando por el bochorno contra el Real Madrid, escenificado por Rodgers en el mismo momento de soltar su alineación.
La magistral falta que metió Gerrard dio algo de fe al Liverpool, pero fue imposible. El mismo Steven soltó un contundente «no» cuando se le preguntó si habían merecido algo más.

Es un hecho que la marcha de Luis Suárez ha sido un auténtico mazazo, sumado a las lesiones que arrastra Sturridge y a un bajo momento de forma de Sterling, que, por otra parte, es el que suele dejar los mejores destellos en los partidos. Markovic y Lallana siguen sin cuajar y arriba Balotelli está resultando lo que se preveía y las cifras de Lambert están a años luz del propio Lambert y del uruguayo.

Rodgers intentó no naufragar cuando para la segunda mitad sacó a Markovic y Moreno, pero todo fue un querer y no poder. Markovic se fue a los 15 minutos con una tarjeta roja y las arrancadas de Moreno no dieron para mucho. El Liverpool era un equipo que jugaba a la desesperada, con balones en largo esperando un milagro y con más corazón que cabeza. 
Espera ahora la Europa League e intentar remontar el vuelo en la Premier. De momento, el proyecto de Rodgers, cuando parecía que podía crecer, está herido de muerte.